Si cuestionable es la explicación que dieron autoridades boricuas sobre la espectacular fuga de José David Figueroa Agosto, en 1999, no menos dudosa resultó su “captura” el sábado 17 de Julio del presente año.
Apodado el “Pablo Escobar del Caribe”, este delincuente mantuvo en zozobra a nuestro país por más de diez años, con el concurso de malos dominicanos, y aunque las autoridades finalmente toman un respiro con su apresamiento, otros ven acelerar su pecho, sabiendo serán llamados a una Corte federal para que expliquen algo.
De acuerdo a medios de comunicación en Puerto Rico, Agosto decidió retornar a su país, por temor a ser asesinado por gente de mucho poder en suelo dominicano, que temían ser delatados si este finalmente caía en mano de los federales o el DEA.
En la Isla del Encanto, cumplía condena de 209 años por secuestros, asesinatos y una extensa lista de crímenes ligados al bajo mundo y al llegar al paraíso de la impunidad, no sólo encontró el placer de Sobeida, si no, la complicidad de poderosos para operar a su antojo y cometer cuantos ademanes quiso en perjuicio de la sociedad.
Fue así como logró poner al gobierno de rodilla y convertirse en una leyenda con la capacidad de escapar de la justicia a plena luz del día, contando con el apoyo de uniformados de altos rangos y civiles con poder de decisión.
El presidente Fernández aseguró recientemente, que no habrá vacas sagradas si se comprueba la participación de funcionarios en las actividades de narcotráfico con el detenido y eso es lo que el pueblo espera, se les aplique todo el peso de la ley a quienes usan las posiciones públicas para hacer daño.
La gente también necesita saber, si todos esos muertos que se les atribuyen a sicarios al servicio de Agosto, son obra de aquellos a quienes él les salió huyendo para salvar la vida, prefiriendo enfrentar una sentencia, que de ser cierta su fuga, podría duplicársele por evadir la justicia y falsificar documentos.
Se torna cuesta arriba pensar, que una persona quien se escapó de una cárcel federal de Los Estados Unidos, decida voluntariamente entregarse, cuando muy bien pudo ir a ocultarse a otra nación, donde consiguiera la protección de los carteles que por tanto tiempo representó en República Dominicana y Puerto Rico.
Apodado el “Pablo Escobar del Caribe”, este delincuente mantuvo en zozobra a nuestro país por más de diez años, con el concurso de malos dominicanos, y aunque las autoridades finalmente toman un respiro con su apresamiento, otros ven acelerar su pecho, sabiendo serán llamados a una Corte federal para que expliquen algo.
De acuerdo a medios de comunicación en Puerto Rico, Agosto decidió retornar a su país, por temor a ser asesinado por gente de mucho poder en suelo dominicano, que temían ser delatados si este finalmente caía en mano de los federales o el DEA.
En la Isla del Encanto, cumplía condena de 209 años por secuestros, asesinatos y una extensa lista de crímenes ligados al bajo mundo y al llegar al paraíso de la impunidad, no sólo encontró el placer de Sobeida, si no, la complicidad de poderosos para operar a su antojo y cometer cuantos ademanes quiso en perjuicio de la sociedad.
Fue así como logró poner al gobierno de rodilla y convertirse en una leyenda con la capacidad de escapar de la justicia a plena luz del día, contando con el apoyo de uniformados de altos rangos y civiles con poder de decisión.
El presidente Fernández aseguró recientemente, que no habrá vacas sagradas si se comprueba la participación de funcionarios en las actividades de narcotráfico con el detenido y eso es lo que el pueblo espera, se les aplique todo el peso de la ley a quienes usan las posiciones públicas para hacer daño.
La gente también necesita saber, si todos esos muertos que se les atribuyen a sicarios al servicio de Agosto, son obra de aquellos a quienes él les salió huyendo para salvar la vida, prefiriendo enfrentar una sentencia, que de ser cierta su fuga, podría duplicársele por evadir la justicia y falsificar documentos.
Se torna cuesta arriba pensar, que una persona quien se escapó de una cárcel federal de Los Estados Unidos, decida voluntariamente entregarse, cuando muy bien pudo ir a ocultarse a otra nación, donde consiguiera la protección de los carteles que por tanto tiempo representó en República Dominicana y Puerto Rico.
Esto más bien parece un arreglo, cuando ya muchos de sus socios han caído en mano de las autoridades puertorriqueñas y dominicanas. Pero llama poderosamente a la atención, que apenas pasaron horas del mandatario Fernández reunirse con el presidente Obama, para producirse su detención. ¿Obra del azar o componendas de Estados? ¡Bueno!
Escrito por: Alejandro Almánzar
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