¿Es el hombre, la creación de Dios, o Dios la creación del hombre?, esta interrogante fue dirigida a Karl Marx, quien conociendo del juego pesado de la iglesia y de la amarga experiencia de Galileo Galilei, respondió así: “si es Dios la creación del hombre y no el hombre la creación de Dios, ha sido la mejor invención de los humanos”.
El debate sobre la existencia de Dios estará por siempre en el tapete, y teorías seguirán surgiendo, sobre si este Ser sobrenatural, llamado de disímiles maneras, en realidad, fue quien creó al universo con sus especies.
Teólogos y creyentes han personificado a Dios, como un sujeto revertido de todo poder, con capacidad de crearlo y destruirlo todo, y aquellos que no aceptan dichas teorías, son considerados ateos u hombres sin Dios.
No hay hombre sin Dios, ni Dios, sin hombre. Todos creen, incluyendo los llamados ateos. Es el modo de percibirlo diferencia, y la errática forma en que religiosos lo han mostrado.
Por un lado lo presentan como un ser divino, perdonador, amoroso y a la vez le atribuyen ser castigador, capaz de echar al fuego a sus hijos o al Infierno, esto último, otra creación humana más.
Algunos adoran el dinero, al astro Sol, a una piedra y hasta animales, como tal, pero todos buscan un mismo fin, ser mejores seres humanos, como es la esencia del hombre.
A Dios podemos definirlo como a la energía, esta no se crea, ni se destruye, por siempre ha existido y existirá. Dios ha existido siempre y existirá, no se crea, ni se destruye, entonces, esa energía que nos mueve, es Dios.
Donde quiera que exista la vida, ahí está su Divina Presencia, por lo tanto, a ningún viviente se le puede ocurrir la idea de negar su existencia, pues sería negarse asimismo.
Pero no se trata del padre rencoroso, que envía enfermedades y catástrofes para someternos a sus caprichos, ese es un falso Dios, muy cruel, por cierto. El hombre será más humano, cuando cambie su percepción sobre este Ser divino que llevamos dentro.
Infundiendo temor a los incautos, en su nombre, el mundo continuara llenándose de terror, como el que vivimos en la actualidad, no debemos seguir distorsionado la existencia del verdadero y único Dios, por el bien de la humanidad.
Lo mismo ocurre con la muerte, al hombre lo han enseñado a temerle a ese fenómeno natural, que nos devuelve a la vida. Es igual que dijéramos, ¿Es el Diablo la creación del hombre o es el hombre la creación del Diablo? No tiene sentido, ¿verdad? A este le atribuyen tanto poder, como a Dios, para mayor incoherencia.
Ese Dios arbitrario, como Satanás y sus centros de torturas, son creaciones humanas simplemente. Construidos deliberadamente, para manipular a la humanidad, y la gente en lugar de obedecer y amar a Dios, por fe, lo hace por temor a sus “arrebatos”.
Via: Alejandro Almánzar
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