El juez federal Reggie Walton dijo que Kendall y Gwendolyn Myers merecían largas condenas por traicionar a su país. Kendall Myers dijo, en una explicación de 10 minutos sobre su conducta, que su objetivo era pasarle a los cubanos información sobre políticas de Estados Unidos hacia Cuba. El juez dijo que estaba "desconcertado", pues no podía entender cómo los Myers pensaban que no estaba perjudicando a su país dado el nivel de antagonismo entre Estados Unidos y Cuba.
Los fiscales señalaron que Myers -un descendiente de Alexander Graham Bell, el inventor del primer teléfono funcional- fue un niño privilegiado y adinerado, que pudo haber hecho lo que quisiera en su vida, pero que decidió en cambio espiar para Cuba durante 30 años en el interior del departamento de Estado.
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