Kim Mordue pasó mucho tiempo buscando el mejor homenaje que podía darle al ser que más quiso en su vida, su hijo Lloyd, que murió por una sobredosis de GHB (ácido gama-hidroxibutírico) en una fiesta.Tras pensarlo mucho, esta mujer de 50 años optó por usar las cenizas que quedaron del cuerpo de Lloyd tras ser incinerado para crear una tinta con la que se tatuó el vientre, a la altura de las costillas. Ahora lleva tatuados un árbol, un ángel liberando una mariposa y un poema.
“Puse a Lloyd de regreso al lugar donde comenzó, él está otra vez en mi cuerpo”, explicó la controvertida mujer, cuyo “homenaje” póstumo es para muchos fruto de una mente torcida y para otros, una muestra de originalidad. “Sabía que era posible, quise tenerlo en mis costillas y ahora Lloyd se quedará conmigo para siempre”, agregó Kim, quien reside en Llanelli, Gales. Para que el homenaje sea mayor, quien tatuó a Kim es su esposo y padre del fallecido Lloyd, David.
Via: elcomercio.pe [c&p]
“Puse a Lloyd de regreso al lugar donde comenzó, él está otra vez en mi cuerpo”, explicó la controvertida mujer, cuyo “homenaje” póstumo es para muchos fruto de una mente torcida y para otros, una muestra de originalidad. “Sabía que era posible, quise tenerlo en mis costillas y ahora Lloyd se quedará conmigo para siempre”, agregó Kim, quien reside en Llanelli, Gales. Para que el homenaje sea mayor, quien tatuó a Kim es su esposo y padre del fallecido Lloyd, David.
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