El ecuatoriano Pedro Soria López, de 62 años, se impuso en el primer campeonato español de siestas, al dormir a puro ronquido durante 17 minutos en medio de un ruidoso centro comercial madrileño.
Soria López, un guardia de seguridad desempleado, ganó 1.000 euros (1.400 dólares). Los organizadores dijeron que no sólo durmió profundamente al presentarse al concurso el martes, sino que sus ronquidos llegaron a registrar 70 decibeles, el nivel del sonido de una persona hablando, lo que le ganó puntos adicionales. Esto le permitió superar a un concursante que había dormido 18 minutos.
Soria López, un guardia de seguridad desempleado, ganó 1.000 euros (1.400 dólares). Los organizadores dijeron que no sólo durmió profundamente al presentarse al concurso el martes, sino que sus ronquidos llegaron a registrar 70 decibeles, el nivel del sonido de una persona hablando, lo que le ganó puntos adicionales. Esto le permitió superar a un concursante que había dormido 18 minutos.
El campeonato, organizado por la Asociación Nacional de Amigos de la Siesta, duró nueve días y terminó el sábado. Un tanto en broma, buscaba rescatar la costumbre de la siesta que muchos identifican con España pero que según los organizadores está en peligro de perderse por las presiones de la vida moderna.
"Estoy muy feliz de ser el primer campeón", dijo entre risas el nativo de Quito, de bigote negro y abdomen prominente, que aseguró suele tomar siestas con frecuencia.
Soria dijo que su esposa lo convenció de entrar al concurso y que lo ayudó mucho el almuerzo que acababa de comer antes de competir.
Unas 360 personas participaron del concurso, en que tenían 20 minutos para acostarse en un sofá e intentar dormir. Una médico les medía el pulso para determinar cuánto tiempo durmieron. Un juez en una silla elevada daba puntos extra por la posición, la capacidad de roncar y los pijamas más llamativos.
La doctora peruana Lila Chuecas, que controló a los concursantes, dijo que menos de 30% lograron dormirse en medio de ruido.
Via
"Estoy muy feliz de ser el primer campeón", dijo entre risas el nativo de Quito, de bigote negro y abdomen prominente, que aseguró suele tomar siestas con frecuencia.
Soria dijo que su esposa lo convenció de entrar al concurso y que lo ayudó mucho el almuerzo que acababa de comer antes de competir.
Unas 360 personas participaron del concurso, en que tenían 20 minutos para acostarse en un sofá e intentar dormir. Una médico les medía el pulso para determinar cuánto tiempo durmieron. Un juez en una silla elevada daba puntos extra por la posición, la capacidad de roncar y los pijamas más llamativos.
La doctora peruana Lila Chuecas, que controló a los concursantes, dijo que menos de 30% lograron dormirse en medio de ruido.
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