Esta región está compuesta por 14 provincias, con una alta tasa poblacional, y el hospital infantil, doctor, Arturo Grullón, de Santiago, fue construido en 1963, con capacidad para 24 camas y aunque en la actualidad posee unas 300, resultan insuficientes. A eso se agrega los haitianos, donde un 30% de los internos que recibe dicho centro, provienen del vecino país, aumentando así las precariedades en los servicios, al decir de la directora de la sede pediátrica, doctora, Rosa María Morel.
Otro dato muy preocupante es, lo sostenido por la funcionaria de salud, de que este sólo cubre el 41% de la demanda y nadie sabe explicar, cuál es el destino final de esos pacientes que allí no encuentran cupos.
Por eso abogamos por la construcción de otro centro pediátrico para la región, que ayude al Arturo Grullón, a brindar salud a los niños. El gobierno invierte todo el dinero del erario público en megas obras en la ciudad capital y se olvida que las demás provincias son partes del territorio nacional, con necesidades por satisfacer, como agua potable, salud, carreteras, energía eléctrica y escuelas.
En pleno siglo XXI, la República Dominicana continua siendo manejada como en la época colonial, donde los políticos buscan la concentración de poder, para manejar los recursos del Estado a su antojo, en que las decisiones están supeditadas al capricho del cacique de la tribu. Si el presidente no autoriza una obra, por importante que esta sea, ninguna autoridad se digna en sugerirla, ya que los funcionarios provinciales dependen de un mísero presupuesto que otorga antojadizamente el jefe del clan.
Por eso abrigamos la esperanza, que el Congreso controlado por los hijos de Juan Bosch, legisle para que los gobernadores sean escogidos a través del voto, para que manejen sus propios presupuestos, igual que los ayuntamientos. El gobierno no puede continuar indiferente ante la falta de mayores espacios para la atención de los niños y el presupuesto a esta cartera debe ser aumentado en lugar de disminuirlo como últimamente ha propuesto el jefe de Estado.
El ministerio de Salud Pública debe construir centros estratégicos en la región para ofrecer mejores servicios de salud a los infantes en estas demarcaciones y abogar porque organismos internacionales construyan un hospital infantil en Haití, pues el país no resiste la carga que eso representa. El Cibao es la región que más aporta al Producto Interno Bruto y sus habitantes carecen hasta de los servicios más perentorios, como hospitales para niños, de traumatología, acueductos, carreteras y escuelas.
Santiago ha carecido siempre de representantes en el Estado, que reclamen al Poder Ejecutivo las obras necesarias para su desarrollo y sólo en tiempo de campaña los políticos van a usar los votantes, ofreciendo cosas que luego no cumplen. La sociedad tiene que exigir a los gobernantes menos concentración de poder para erradicar la corrupción y alcanzar más eficiencia en las instituciones.
Via: Alejandro Almánzar
[invitados]
alexalma0915@gmail.com
Otro dato muy preocupante es, lo sostenido por la funcionaria de salud, de que este sólo cubre el 41% de la demanda y nadie sabe explicar, cuál es el destino final de esos pacientes que allí no encuentran cupos.
Por eso abogamos por la construcción de otro centro pediátrico para la región, que ayude al Arturo Grullón, a brindar salud a los niños. El gobierno invierte todo el dinero del erario público en megas obras en la ciudad capital y se olvida que las demás provincias son partes del territorio nacional, con necesidades por satisfacer, como agua potable, salud, carreteras, energía eléctrica y escuelas.
En pleno siglo XXI, la República Dominicana continua siendo manejada como en la época colonial, donde los políticos buscan la concentración de poder, para manejar los recursos del Estado a su antojo, en que las decisiones están supeditadas al capricho del cacique de la tribu. Si el presidente no autoriza una obra, por importante que esta sea, ninguna autoridad se digna en sugerirla, ya que los funcionarios provinciales dependen de un mísero presupuesto que otorga antojadizamente el jefe del clan.
Por eso abrigamos la esperanza, que el Congreso controlado por los hijos de Juan Bosch, legisle para que los gobernadores sean escogidos a través del voto, para que manejen sus propios presupuestos, igual que los ayuntamientos. El gobierno no puede continuar indiferente ante la falta de mayores espacios para la atención de los niños y el presupuesto a esta cartera debe ser aumentado en lugar de disminuirlo como últimamente ha propuesto el jefe de Estado.
El ministerio de Salud Pública debe construir centros estratégicos en la región para ofrecer mejores servicios de salud a los infantes en estas demarcaciones y abogar porque organismos internacionales construyan un hospital infantil en Haití, pues el país no resiste la carga que eso representa. El Cibao es la región que más aporta al Producto Interno Bruto y sus habitantes carecen hasta de los servicios más perentorios, como hospitales para niños, de traumatología, acueductos, carreteras y escuelas.
Santiago ha carecido siempre de representantes en el Estado, que reclamen al Poder Ejecutivo las obras necesarias para su desarrollo y sólo en tiempo de campaña los políticos van a usar los votantes, ofreciendo cosas que luego no cumplen. La sociedad tiene que exigir a los gobernantes menos concentración de poder para erradicar la corrupción y alcanzar más eficiencia en las instituciones.
Via: Alejandro Almánzar
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