El café nos acompaña casi en todo momento: por las mañanas con la idea de despertar, por las tardes con el fin de reactivarnos, o durante una charla, simplemente por el gusto de disfrutar de su sabor. El principal efecto de la cafeína es muy conocido, estimula el sistema nervioso central, nos pone en alerta y aumenta nuestra energía. Aunque claro, beber más de dos tazas a algunas personas les provoca inquietud, ansiedad, irritabilidad, insomnio, arritmias cardiacas y otros problemas.
Se ha comprobado que cuando se ingiere café de una forma cotidiana, se incrementa la memoria de corto plazo, se reducen los riesgos de desarrollar Parkinson y Alzheimer y se conservan estables las habilidades intelectuales al paso de los años.
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