
Su carcasa tipo “armadillo” es ignífuga (hasta 1000 ºC) y sus seis patas motrices le permiten meterse en el cogollo del incendio a una velocidad de 20 km/h. Además, también puede convertirse en bicho-bola si las condiciones son tan extremas que necesite protección. O para rodar ladera abajo si hay que salir por sus seis patas. El robot OLE, fabricado en fibras cerámicas resistentes al fuego, costaría alrededor de los 150.000 euros la unidad, igualico que cualquier todoterreno de lujo que usan algunos cargos forestales. Margaret Simonson, una especialista en fuegos sueca, afirma que el robot puede ser muy eficiente si se lanza desde el aire a los focos del incendio. Por su parte, Henrik Bygbjerg, otro experto forestal danés, dice que no valdría para apagar más que fogatillas de scout.
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