El Vaticano se opuso fuertemente a la guerra en Irak, que considera que no siguió la doctrina católica de la "guerra justa," que justifica conflictos defensivos, pero no ataques preventivos, dicen analistas. Bush argumentó que la invasión estadounidense a Irak en el 2003 fue necesaria para terminar con la amenaza de Saddam Hussein y ayudar a extender la democracia en Oriente Medio. Benedicto XVI ha estado profundamente preocupado por Irak, especialmente por la situación de la minoría de cristianos y la muerte de un arzobispo caldeo secuestrado por hombres armados.
En otras diferencias en política exterior, el Vaticano tiene relaciones políticas con Cuba, apoya el diálogo con Irán y Siria y es más entusiasta en trabajar a través de Naciones Unidas y otros cuerpos internacionales.
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