
“La discriminación la sufrimos todos los días, llegue la madrugada del lunes y me metieron una hora detenido en inmigración. Me trataron muy mal. Uno trata de ser respetuoso y pregunta ‘¿hay algún problema?’ No te contestan. No les importa. ‘Siéntese’, te gritan”. Relató que en el aeropuerto lo metieron a un salón donde había unos 50 en la misma situación, y que muchos lo reconocieron. Una familia se le acercó para pedirle un autógrafo y entonces un guardia latino se percató de quién era y el proceso de su trámite se aceleró.
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