Cinco brigadas extra de combate enviadas el año pasado como parte de la política de "refuerzo" del presidente estadounidense, George W. Bush, deben dejar al país a mediados de año. El comandante de las fuerzas estadounidenses en Irak defendió un enfoque cauteloso con respecto a la reducción de tropas, diciendo que las mejoras en seguridad podían verse sacrificadas si los soldados se iban demasiado rápido.
Mientras los precandidatos demócratas para la próxima elección presidencial demandan una menor participación de tropas en la impopular guerra y el Ejército está diezmado por su compromiso en Afganistán e Irak, Petraeus está recibiendo presión para fijar nuevos calendarios de retirada.
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